Pui ser.

Se esfumaron las expectativas. Venció el plazo. Solamente nos queda redimir nuestras ganas de soñar y coger impulso. No tengáis miedo de agitar fuerte las alas compañeros, el camino es largo. Sin fijar horarios avanzamos cabizbajos por la senda que nos da la gana, fugitivos y faltos de sueño. A veces para imaginar hace falta rozar lo que queremos, sin llegar a palparlo. No es lo que queríamos. Tal vez comiste de la mano equivocada, o el hambre de victoria te llevó a mal puerto. No dejéis de cerrar los ojos. La oscuridad que nos brindan nuestros párpados es la que nos hace ir hacia la luz muchas veces. Suspirar y constreñir el corazón. Seamos realistas, los príncipes no existen... pero puedo ponerme una corona y convertirme en mi reina de mentira, mi realidad.