viernes, 26 de abril de 2013

¿Con qué salsa quieren ser cocinados?

Entonces cuenta que fue a un restaurant, se sentó y escuchó hablar al cocinero. Y el cocinero había hecho una asamblea, donde estaban presentes las gallinas, los patos, los cerdos, los conejos, los faisanes... Y entonces les preguntó: "¿Con qué salsa quieren ser cocinados?". Todos quedaron asustadísimos, hasta que se escuchó a una humilde gallina decir: "Yo no quiero ser cocinada". Entonces, el cocinero dijo: "¡Un momento! Eso está fuera de toda discusión. Ustedes, lo único que pueden elegir, es la salsa con la que quieren ser cocinados."
Eso nos está pasando a nosotros. ¿Qué elección tenemos? ¿Ustedes eligieron la salsa con la que quieren ser cocinados?

jueves, 25 de abril de 2013

10:12

Todo es aparentemente sencillo. Tu forma de contarme lo que te pasa, y también lo que no, con esa soberbia infantil y chicharachera que siempre, aunque no lo sabía, logró vencerme. No darte cuenta de que eres preso de un sistema espectador, viendo como se desarrolla todo a tu alrededor mientras no alcanzas a dar un paso que valga la pena. Me subo a ti y corro. Corro sin tino y me miras, sonriendo, porque te importa mi rumbo, mi trayectoria, en cada paseo utópico en el que se convierte el día a día.
Y hago un inciso para preguntarme si después de la gran caminata conviene guardar el afán. Sería precioso cumplir la meta que me llevó a volver a mirar hacia mis adentros. No sé si la luz que desprendes es el faro que debo seguir o es el incendio que mi profecía dice que acabará conmigo. Si la curiosidad mato al gato, treparía felino por esas estúpidas reglas y refranes que disculpan los fracasos y amedrentan los altos ritmos cardíacos.
Porque entiendes que soy extraño y no intentas convertirme en otra oveja del rebaño.

lunes, 22 de abril de 2013

El que se ahoga no repara en lo que se agarra.

Nos escapamos. De quién sino del tiempo, de quién sino del llanto. Noto un aroma de tensión que no creo que muchas cuerdas pudieran resistir. Tal vez tenga que tejer algo que la soporte con los hilos de los que depende decir "Living is beautiful!". Me encanta desafiar la veracidad y la autenticidad de las situaciones, y más si hay factores entre medias que hacen que todo lo vea claro como un lago en Finlandia o como los primeros brillos que entran cuando subes la persiana después de una noche que ni recuerdas, o que quieres olvidar. Nos escapamos. No quise saber de ti y eso me volvió loco. Salías hasta en las noticias. Me pegaba carpetazos intentando ver las estrellas para dejar de imaginar pecados. Mediante cortes en la muñeca lo único que desangré fue mi paciencia. Siento como si se me estuviera acabando el tiempo. Ya el hecho de saber que existen las cuentas atrás me horripila; oír el sonido de un tic tac y no pensar. Maldita sedentaria, ¡sal de mi memoria! Tu cometido no es decorar un rincón en mi cabeza. Nos escapamos. Quiero ver dónde coincide el amanecer con el anochecer y ver dormir a los tiburones. Quiero cabalgar a merced de la fortuna.

domingo, 21 de abril de 2013

Hay palabras que suben como el humo, y otras que caen como la lluvia.

Por mí no te cortes en adorar a un pene de mármol. Me da igual si te ilusiones porque un día te haya hecho ver el cielo a la altura de las estrellas. Sufrirás de impotencia cuando veas que está más lejos de lo que te hice y te pude haber hecho ver. Mirarás al suelo, a alguna baldosa, y verás que tú también estás aprisionada, entre el asfalto de la calle y el portal de tus sueños. Matarás por unos milímetros y también porque te pisen. No pude hacer nada para moverte. Te pinté de otro color y barnicé tus esquinas pero no te das cuenta de que seguirás siendo una simple baldosa, fundida entre el paso de la gente. Servirás de camino a cientos de transeúntes en apenas un instante. Tu despreocupación es digna de alabanza al ver que formas parte de algo tan grande.
Recuerda que cuando llueve esa gente se queda en casa.

sábado, 20 de abril de 2013

No hay hombre tan cobarde a quien el amor no haga valiente y transforme en héroe.

Cuando las yemas de los dedos exploten al aplaudirse mis zarpas manos; cuando mis ojos se cierren cual compuerta de seguridad al no entenderla razón de una mirada perdida; cuando te preguntes por qué hay que preguntarse el porqué de todo, ahí es cuando figuras entre mis adeptos; mi fiel noctámbulo de acero inoxidable. Quiero imponerme a los demás. Llegar a la cima y poner mi bandera, porque lo que es mío es mío, ¿entiendes? Lucharé por organizar mi futuro, una fortuna que tiene de todo menos oro. Haré locuras. Total, son para ti. Esas palabras envalentonadas que te hacen echarte para atrás. No cabe lugar para la mentira. Si tengo que decirte que no cambiaría nada de mi vida aunque me lo pidieras de rodillas, lo haré. Y si te tengo que decir que me he enamorado de unos ojos que vi en sueños y que ya no te quiero, también lo haré.
Pondré mi nombre en tu frente. Tatuaré mi nombre en el sótano más profundo de tu fiero corazón.

viernes, 19 de abril de 2013

Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento.

Caos. Consuelo. Dos bocanadas de aire y unos centímetros en medio que se hacen longevos. Cada vez que rozo tus labios con mi dedo me entra un escalofrío y me desenmascaro. En mis ratos de solas los recuerdos se caducan y me sirven otros nuevos. Sigue sin gustarme. Los fogonazos que me pegabas por las noches eran dignos de ser fotografiados; descritos con palabras de seda. Nos metimos en un lío y salimos de él como pudimos, y no fue peor el remedio que la enfermedad, como pensaba el sabio. La vida nos otorga pequeños momentos en los que el destino no entra en juego pero no nos damos cuenta. Miradas torpes, sentimientos parapléjicos. Solo pedía estar junto a ti; un atisbo de tu risa. Que me dibujaras con tus dedos en mi espalda la frase que siempre quise tatuarme. Nunca he escrito nada parecido a un cuento de hadas, pero idolatro los finales felices. Finales felices en los que en vez de comer perdices nos miráramos descaradamente con deseos de que todo volviera a ser como el primer día.
En la morada de lo indescriptible no soy bienvenido y tampoco quiero serlo.
"Dad al hombre salud y metas que alcanzar y no se detendrá a pensar sobre si es feliz o no." George Bernard Shaw.

miércoles, 17 de abril de 2013

Tiempo: lo que los hombres siempre tratan de matar, pero acaba por matarlos.

El tiempo pasa tan rápido que a veces tengo la sensación de que el mundo va demasiado despacio. Me subo al tren de la locura y pierdo la noción de ti. El revisor se olvida y el humo de la locomotora contamina nuestro alrededor, como insultando a los que no son como nosotros. Siéntate y disfruta del paisaje. Un cielo grisáceo, casi plateado, y un prado desgastado, acusado ya tanto por las fugaces miradas de los viajeros que parece una reliquia inconservable. Notamos la velocidad aunque estemos dentro. Somos conscientes de todos.

martes, 16 de abril de 2013

Prolegómenos

Qué relativo es todo. Mucha gente ve en un amanecer frente al mar un agujero en la capa de ozono, contaminación y muerte. Muchos no se atreven a sentirse por encima de los demás en una noria por miedo a que, por un tornillo, cuanto más alto estás más duele la caída. Otros muchos no degustan una buena carne porque saben que un animal no ha podido degustar una buena vida. Y que hay de los que no entran seguros en la cancha pensando en si lo harán bien o no, en vez de dejarse la piel pensando en las ovaciones que pueden caer encima. Qué hay de cuando veía la luna más bonita del mundo contigo, y ahora me da miedo mirar por la ventana porque, cuando miro, sé que la ves con otro. Sinceramente, tengo las persianas cerradas desde entonces. No puedo escuchar algunas canciones ni ver películas de miedo solo. Las sonrisas de los chinos ya no me dicen nada y mi tobillo es de los pocos que aún sigue teniéndote. Pretendes vivir de las caras de perro y del perdón rogado.
¿De verdad te llena saber que todos te recordarán por ser quien eres pero tú morirte sin conocerte? Sé que sí. Por eso sigue arqueando los labios, soltando lágrimas que no mojan y viendo la luna del brazo de cualquiera. Puede que, cuando menos te lo esperes, le cojas miedo a mirar por la ventana y, entonces, solo entonces, por fin, seremos dos.

Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad.

lunes, 15 de abril de 2013

Bendito plantel.

No tengo expectativas más altas que una cerveza con más espuma que la anterior. O así, por lo menos, funcionaba antes mi vida. No tenía plegarias porque todas las aspirabas cogiéndome de la mano y haciendo de un paseo mi camino de Santiago. Echaré de menos tus hoyuelos cuando te reías antes de fruncir el ceño cuando hacía algún comentario fuera de lugar para bajarte los humos porque se veía de lejos que eras consciente del brillo que provocabas en mis ojos. No me gusta mirar hacia el futuro, porque además de que está muy lejos, mi esperanza es miope. Tuve miedo a acostumbrarme al paraíso que me ofrecías entre tus piernas. Un miedo que, cuando terminaba el día, me susurraba que también quería sumarse a la fiesta. Desde que te conocí, no tengo ganas de andarme por las nubes, a menos que vea alguna con tu forma. Me gustaría aprender a hacerle el amor al espejo cuando estás delante.
Sé que he fracasado. Fracasé prácticamente al conocerte, y teóricamente cuando supe que el culo más bonito de la ciudad ya tenía unas iniciales tatuadas en la nalga izquierda.
Bendito plantel.

sábado, 6 de abril de 2013

Todo tiene sus límites. Todo tiene tus límites.

He retomado la actitud por la que me acusaron de pendenciero. Por fin puedo gritar que soy culpable y, sin miedo, caer en la retahíla de acontecimientos que siempre me hizo sentirme como en casa. No tengo nada que decir, salvo que se te acabó el chollo. Tus (des)afortunados comentarios me hicieron darme cuenta de que ninguna mujer vale tanto. Y como tratar de olvidar a alguien es querer recordarlo para siempre, haremos como si no ocurre nada y volvamos así al principio, cuando me sentía como en casa; cuando me hacías sentirme como en casa.
Por cierto, sepan que olvidar lo malo también es tener memoria.
Yo aquí, escribiendote. Tú allá, borrándote.
Prefiero ser consciente de que he perdido el honor a perder la conciencia.

lunes, 1 de abril de 2013

Siempre luché por ser tu astronauta preferido

Es difícil asumir que has atentado contra ti mismo. No dejamos de ser putas en este burdel que es la vida. Cobramos el sueldo mínimo y nos indignamos porque queremos ser libres y no tener que hacer una última penitencia antes de cerrar los ojos para siempre. Tratamos de caminar dando aires de firmeza y templanza por un alambre de licor de mora. No tengo miedo, y nunca lo tuve.
Debemos vivir el presente. ¿Qué importa quién eras la semana pasada si sabes quién eres hoy?
Aparentar tiene más letras que ser.