sábado, 22 de diciembre de 2012

(In)completo

Volver la vista atrás es una cosa y marchar atrás, otra. No hay motivo ni razón para dejar de lado lo que una vez te hizo sentirte completo. El capitán muere con su barco, y yo con mis recuerdos. Por muy amargo que sea el momento, asumiré y acataré los deseos del porvenir sin dejar atrás nada de lo que me acompañó.
No hay mal que por bien no venga. Frase liana de la que me agarro cuando en mi cabeza se graba a fuego "Ponte los cascos, enciéndete un cigarro y que Eminem te de fuerzas". Frase adalid de mi ejército de principios. No le deseo el mal a nadie por mucha mierda que me hayan tirado encima. Solamente que tengan conciencia de lo que hacen, y de que no vayan pregonando con sus actos lo ruines y denigrantes que son. La venganza más cruel es el desprecio de toda venganza posible.
No es el autoestima lo que me atormenta, sino la sobredosis de indiferencia propia en las situaciones más comprometidas. ¿De qué sirve seguir las normas a la perfección si al final te rebelas? Pues bien, algo bueno tendrá. Confío fielmente en mi querencia.
Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos, y con el amor, los errores de nuestra moral.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Cookies.

Se te encendió la curiosidad y acabamos quemados los dos. Yo, como buen aventurero, te acompañé en todas tus acciones y decisiones hasta que nos dimos cuenta de que el tesoro que buscábamos era más que mera leyenda. Lo cual me olía desde el principio, pero, ¿qué hay más bonito que buscar la imposible? 
Tenía miedo. Mucho miedo. No sabía cómo podría acabar semejante tragedia disfrazada de cuento. 
El disfraz se fue cayendo a cachos. Los "buenas noches, princesa" se deshilacharon para dar a lucir las discusiones sin sentido que, a pesar de todo, mantuvimos en un segundo plano suponiendo que la reconciliación nos daría la medalla de oro. Tu confianza nos hizo mella. Las ganas de meterme contigo para que, con un golpe sutil con tu mano, pudiera notar que seguías queriendo tontear. Los besos llevaban tiempo sabiéndome a desgaste. Y así, llegamos a un punto muerto.
Con esto no quiero decir que estemos fuera de juego. Quiero seguir disfrutando, que no viviendo, del cuento. Sigo teniendo grabado en la mente que eres mi princesa, y no quiero dejar de pensarlo.
Tal vez este sea nuestro Amanecer Parte I, y nos quede la segunda parte. Tengo ganas de demostrar que las segundas partes no siempre son malas. Hagamos que esta parte le dé aún más fama a la saga.