jueves, 29 de septiembre de 2011

El fatídico concierto que le hizo dejar de oír para empezar a escuchar

Y sin quererlo ni beberlo, llegó a ser el rey de todas las cosas. Amparado en sus convicciones y sin el reclamo de un alma que le pidiera clemencia a susurros. Conoció todos los ámbitos de un hogar en el que nunca vivió por miedo a no salir. Pecó de cauto y eso le valió para convertirse en el ser que cualquiera querría matar.

Quisiera volver a necesitar sonreír.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Some dreams are made to be nightmares

Conmovemos corazones como si fuéramos niños recién nacidos, perdidos y sin dueño, fijando la vista en horizonte que es la barra del bar en el que nunca nos podremos apoyar. Casi rozamos placenteros aquella sentencia de muerte, porque el reloj se nos ponía al cuello. Un árbol que llora hojas secas, una carretera llanera y solitaria, el cacareo de tu miedo. Podéis pensar en el control, en la base de una seguridad que solo aparece en diccionarios, en una meta inescrutable enmurallada por los llantos de unos recuerdos que merecen un futuro. El espectro rebelde de una generación inválida, sin capacidad de sopesar sus opciones y sin virtudes. Vagabundeando melodías, sirviendo de apoyo a aquel que gana siempre. Un juguete que aún divierte, cada vez más roto y con más horas entre mis manos, rompiéndome con el con una media sonrisa digna de la ironía más trabajada de todos los tiempos. Unas quejas que resuenan, los susurros de un pájaro enjaulado que entiendo, un pájaro que sueña con pensarte, un hombre que sueña con volarte. La caricatura del odio es mi seña de identidad pues reservo las mayores frialdades cuando la cumbre toque fondo. Me gustaría dejar de valorar cada momento y ahogarme con las sábanas y un te quiero.  

viernes, 2 de septiembre de 2011

Alpinismo figurado

Soy un payaso de un mundo acongojado, que no quiere vivir emociones nuevas y que goza de sus recuerdos. Estaremos perdiendo el norte o es que ya no somos niños. Sentir nervios traicioneros, los echamos de menos. Sopesaremos las opciones una a una hasta quedarnos con la correcta, o nos negamos a aceptar una cruda realidad que no deseamos cocinar por miedo a que se nos queme. Estoy harto de que haya personas que sin haber luchado, sin haber tenido que pensar mas de dos segundos, tengan por delante una senda preciosa mientras que otros atravesamos enrevesados... duele. Me da rabia que cada vez que me cuelgue de tu sonrisa, dejes de sonreír y mis sudorosos dedos palpen el deslizamiento hacia el principio. Volver a treparte. Cuando corone la cima aclamarás mi nombre y entonces espero ser yo quien decida descender, o morir en lo mas alto