Letargies de records

Dime que las cosas no siguen como antes. El camino pasó de ser de rosas a darte cuenta que los pinchos dejan huellas en la piel que duran para siempre. No me humillo ante nadie, no cargo con letargos de recuerdos, ni busco un tesoro escondido... solo lucho. Confía cuando te digo que la verdad siempre reluce y que conocerte ha hecho que Sum 41 haga sonar en mi cabeza una canción perfecta. Porque sabemos que la derrota no existe para nosotros, y que desistir no es apto para confidentes. Cambiar es parte de este juego. Las personas somos camaleones por dentro y secuoyas por fuera. Para adaptarnos a las trifulcas diarias y camuflarnos de nuestras vidas no nos hace falta burbujear nuestra existencia. Aunque eso suponga no conocernos a simple vista, nuestros corazones siguen siendo los mismos aquí donde los escuchas.

Estaria disposat.

Estoy dispuesto. Estoy dispuesto a enseñarte todo lo que, en mi intimidad, hace la fantasía de un lápiz y un papel en la piel de un demacrado creyente de tus besos. Estaría dispuesto a llevarte a todos los lugares que me hacen escupir suspiros; que me dieron, más que sea, un pequeño instante de ser persona. Estaría dispuesto a quitarte el frío con mentiras, o con la más cruda y sabrosa de las verdades. A hacerte sentir una princesa en este reino de vagamundos. Estaría dispuesto a pelearme con el planeta si una hoja caída te provoca un ligero cambio en tu sonrisa. Nadie tiene derecho a rebelar los misterios mustios. Estaría dispuesto a recorrerme Argentina solo para pagarte en carne, y después disfrutar embobado de la compañía de tu mano. Acariciarte hasta que las cosquillas digan basta, que estén cansadas de hacerte retorcer. Estaría dispuesto a no volver a mirarte si intacta se mantiene tu estampa, y con los ojos cerrados hacer física nuestra química.

Ah, y estoy dispuesto a dibujar constelaciones donde no las hay.

Vam voler veure les estrelles i brillantors.

La saliva de tu regazo busca donde reposar definitivamente. No encuentra la postura que acaba de emborronar su coherencia. Retumba cerca de mi nuca el tintineo de un aleteo fúnebre que no deja secuelas. El roce de la piel de camaleón de un sueño suplica clemencia de rodillas hacia el monumento en tu honor que hay en mi pecho. Quisimos destrozar los rayos de luz que entraban por entre las cortinas, y solo cerramos los ojos para que nos calentaran súbitamente. Quisimos ver las estrellas y brillamos. Es cuestión de conversar mudos, de contarnos como ha ido nuestro día a empujones, de comunicarte lo feliz que me haces cuando los cabellos granizados que tanto tientan a la suerte se balancean tapándome todo aquello que, en ese momento, no necesito. Porque para entenderse no hace falta hablar el mismo idioma. Casi preferiría echar raíces donde nos comimos.

Soy funambulista dueño de la cuerda floja, donde se ocultan los sueños, donde se ocultan tus besos.

A mentir sense lapidar

Nunca quiso ver la verdad. Le dijeron que la realidad era triste y la demacrada imagen de su vida le amartilló el estómago. Fue un mártir apaleado. Vivió ejemplarmente y su mente ejemplar dejó de respirar oxígeno. Aprendió a conocer sin confiar, a mentir sin lapidar, y a cometer suicidios diarios que le llevaron a un placer poco sincero. Fracasó en todo menos con ella. Le fue otorgado un don oculto que fijó como estandarte. Su bandera se tiñó del color de su lápiz de labios. Quiso ser grande como las montañas. Susurrarle al cielo que algún día llegaría tan alto como él sin faltarle al universo. Un maravilloso sueño le gritaba a lo lejos. Fulgurante. Que tú fueras él y él simplemente no fuera. Lejos de esta jaula hay un gladiador sin puñal deseando salir; deseando salir airoso de esta guerra a la que alguno llama vida.

Sin tu tacto y sin tu olor se sintió completo, pero con el calor de tu aliento cayó por el precipicio del gozo más intenso. Malévolo amor idealizado.

Em minves

Eres la sensación de calor cuando ansío destaparme al despertarme. Las ganas de agitar el pie cuando Pereza entra por mis oído hasta el inquilino de mi alma. El escalofrío cuando salgo del baño empapado al pasillo. La falta de hambre después de dos días comiéndote en mi cabeza. El chispazo tras un recuerdo emotivo. Las sonrisa tímida cuando sé que al doblar la esquina me espera la gloria. Fue como que fingía. El demacrado aspecto que ofrezco al ambulante espectador. No tenía nada mejor que hacer que buscarte aún sabiendo que no estabas. Siempre encerrada en tu prisión, tras cristales tintados que lo único que hacían era teñirte de ilusión. Como podía vivir sin percibir tu melodía. El do re mi fa de un pentagrama en el que se basa mi vida. No aguanté despierto lo suficiente para ver como la luna se funde con el sol, como la oscuridad desaparece y amanece un nuevo día en el que a lo único que aspiro es a volver a verte.

La meva templa terra poc fèrtil

No me consta que el bagaje de mi vida tenga un orden coherente e invertido. Me falta conocer que aquel peldaño carcomido está debajo de mi pie. Mi piel mi frenesí, mi sien tierra poco fértil. Cóseme un parche bonito en el corazón y dime que eres alérgica a la tela, que no te gusta la moda, o que piensas que los parches son solo para agujeros que deja el paso del tiempo, y no un mordisco certero. Me das éxito y dinero, y me quitas la intimidad. Hace tiempo que no sabía lo que era la añoranza de unas horas antes. Devuélveme lo que era mío. Has hecho un trato con un yo marioneta. Te has quedado con mis emociones poco a poco y te niegas a devolvérmelas. Eres egoísta. Piensas que un no es un sí y un huracán invade mi alma. Eres tango y eres ritmo. Hazme bailar, y no seas esa canción melancólica.

Y bailas conmigo un vals igual que dos enamorados.

El bronze no consola

Dirígensenos miradas desviables. Disparaste demasiado tarde vaquero. Es la vida de un príncipe sin estirpe. Podéis odiar al poema pero no al poeta. Me da igual a cuantos he vencido, dime a cuántos he convencido. Solo un susurro y plan prohibido se cuentan al oído. El bronce no consuela. Quien cuenta sus días como un preso, desahuciado, por echar en falta ese beso. Sin licencia ni experiencia para hablar de amor, pero soñamos con Venecia. Como un villano camino sin que se me note, pero dejando pistas. La soledad es mi palacio. Yo solo quiero mantener mi título del rey del sofá, no quiero aspirar a más nada. Borregos obedeciendo a lobos. Veis con buenos ojos a traidores. Estáis ciegos o sois cómplices del robo.

No quiero multas por límites de velocidad. Ir a 90 en Chevrolet me hará sentirme más seguro. Es un ritmo un tanto peculiar, pero lo admiro. No gano carreras, pero siempre las termino.