martes, 16 de abril de 2013

Prolegómenos

Qué relativo es todo. Mucha gente ve en un amanecer frente al mar un agujero en la capa de ozono, contaminación y muerte. Muchos no se atreven a sentirse por encima de los demás en una noria por miedo a que, por un tornillo, cuanto más alto estás más duele la caída. Otros muchos no degustan una buena carne porque saben que un animal no ha podido degustar una buena vida. Y que hay de los que no entran seguros en la cancha pensando en si lo harán bien o no, en vez de dejarse la piel pensando en las ovaciones que pueden caer encima. Qué hay de cuando veía la luna más bonita del mundo contigo, y ahora me da miedo mirar por la ventana porque, cuando miro, sé que la ves con otro. Sinceramente, tengo las persianas cerradas desde entonces. No puedo escuchar algunas canciones ni ver películas de miedo solo. Las sonrisas de los chinos ya no me dicen nada y mi tobillo es de los pocos que aún sigue teniéndote. Pretendes vivir de las caras de perro y del perdón rogado.
¿De verdad te llena saber que todos te recordarán por ser quien eres pero tú morirte sin conocerte? Sé que sí. Por eso sigue arqueando los labios, soltando lágrimas que no mojan y viendo la luna del brazo de cualquiera. Puede que, cuando menos te lo esperes, le cojas miedo a mirar por la ventana y, entonces, solo entonces, por fin, seremos dos.

Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

rdtfgyuhj