lunes, 22 de abril de 2013

El que se ahoga no repara en lo que se agarra.

Nos escapamos. De quién sino del tiempo, de quién sino del llanto. Noto un aroma de tensión que no creo que muchas cuerdas pudieran resistir. Tal vez tenga que tejer algo que la soporte con los hilos de los que depende decir "Living is beautiful!". Me encanta desafiar la veracidad y la autenticidad de las situaciones, y más si hay factores entre medias que hacen que todo lo vea claro como un lago en Finlandia o como los primeros brillos que entran cuando subes la persiana después de una noche que ni recuerdas, o que quieres olvidar. Nos escapamos. No quise saber de ti y eso me volvió loco. Salías hasta en las noticias. Me pegaba carpetazos intentando ver las estrellas para dejar de imaginar pecados. Mediante cortes en la muñeca lo único que desangré fue mi paciencia. Siento como si se me estuviera acabando el tiempo. Ya el hecho de saber que existen las cuentas atrás me horripila; oír el sonido de un tic tac y no pensar. Maldita sedentaria, ¡sal de mi memoria! Tu cometido no es decorar un rincón en mi cabeza. Nos escapamos. Quiero ver dónde coincide el amanecer con el anochecer y ver dormir a los tiburones. Quiero cabalgar a merced de la fortuna.

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