Recuerdo el día en el que me dijiste que mirara por la ventana, para encontrarme un cartel que ponía un te quiero, pero tú, no estabas. Tener tantas ganas de estar contigo y apreciar tu ausencia me hería tanto, que las lágrimas se deslizaban sobre mis mejillas luchando por llegar la primera en estallarse contra la colcha de mi cama. Unas simples palabras, una simple persona, los sentimientos tienen dueño, pero de lo que más estoy seguro, es que no eres tú. La primera novia, el primer beso, entras en un juego extremo en el cual si no sabes las reglas o intentas arriesgarte para conseguir la victoria, normalmente te vencen tus propios sentimientos, y la sensación de la derrota es tan amarga, que deseas cambiarte con el action man que tienes en la vitrina que te mira fijamente como admirando tu desolación. Me pregunto si nací humano por algo, o simplemente el azar quiso que disfrutara y sufriera de los placeres y vicios de ser alguien capaz de soñar, pensar, y sobre todo, sentir. No es bueno dejarse llevar por los sentimientos, a mi parecer es una locura dejarse llevar por los impulsos, los espasmos que me dan cuando suena mi movil y es un mensaje tuyo, eso, no puede ser bueno llevarse por algo que me altera el ritmo cardíaco y me hace contraerme en mí mismo sin lugar a otra opción. Que bien deben de vivir los animales, las plantas, cada uno de los muebles de mi cuarto, que no saben lo que es llorar ni la tristeza, no saben lo que es la diversión ni el amor, pero eso es secundario. Poder mirar al cielo y ver en cada estrella un atisbo de ti, no puede ser bueno. Cerrar los ojos y que lo único que vea sean tus labios, no puede ser bueno. Mirar por la ventana y ver tu cartel con un te quiero, no puede ser bueno.
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