viernes, 25 de junio de 2010


Que le voy a hacer, si con razón o sin razón, y aunque tú me des la vuelta, tengo el mismo corazón, no vale la pena que te sigas esforzando, que sigas dejandote el pellejo, si ves que no se sufren cambios, en este, el diablo viejo. Sufrirías martirios elocuentes, y penas que no tienen un porqué, yo creo que no porque tengo dos dedos de frente y muchas cosas todavía por hacer. Bebo de una botella sin dueño, un brebaje que no me hace mucho bien, pero yo es que me empeño, no puedo en ningún momento parar de beber, la emoción de no sentirme tan pequeño.. La mirada de una estrella que se asoma po la noche, me hace recordar, que cada uno desprende una luz particular, me hace sentirme un pequeño punto en un estampado que es la humanidad. Pero me doy cuenta que mientras más me acerco, la estrella brilla más y más, y es por eso por lo que me esfuerzo, en encontrarme día a día un poco más. No me gustan las luces de las farolas, ni tampoco el tráfico en fin de semana, es el único momento que tengo para relajarme y ni siquiera puedo escuchar mi rabia. Tampoco me gusta que me estén controlando ni que me pregunten que voy a hacer hoy, no me gusta planear, me gusta ser original y dejar que las ganas me guíen. Ver las mariposas revolotear por la mañana y los pajaros piar en el jardín, sentir la naturaleza, sentirme parte de ella, abrir la puerta gritar y salir. Juraría que me duermo y al despertarme soy otra persona, no lo entiendo pero las cosas son así, un día es una historia, otro día otra, una página nueva por escribir. Me gustaría reconocer que la vida es un camino bien señalizado y sin baches que esquivar, pero me pegaría tal leñazo sin dar siquiera dos pasos que no pensaría ni en volverme a levantar. Aprendi a base de golpes, de suerte, que el valor es el mayor escudo para hacerse fuerte. En las guerras ileso suelo salir porque además de suerte suelo predecir. Más vale prevenir que curar! dijo alguien que se curó demasiado, pero el valor que tengo me inspira a no prevenir en ocasiones y a mí la cura me escuece. Pero bah, da igual, me siento bien conmigo mismo probando cosas nuevas y dejandome llevar por las emociones, sentirme pajaro libre, salmoncete en su riachuelo me da confianza para no dejar de experimentar.
Qué le voy a hacer, si con razón o sin razón, y aunque me des la vuelta, tengo el mismo corazón, y aunque me des la vuelta, tengo el mismo corazón.

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