viernes, 22 de junio de 2012

Rápido, 3 miligramos de "Vete a la mierda".

Ahora sé lo que se siente cuando te rompen el corazón y no cuando tú me pusiste los cuernos con ese hijo de puta. Cuando el encaramado amor a una carrera de toda una vida te abandone en el último momento, sabrás de lo que escribo. Unas plantillas de unos correctores no van a marcar mi tope. Mi esfuerzo y mis capacidades valen más que este puto sistema de jerarquías en el que los errores se pagan con sangre. No voy a rendirme. Seguiré soñando con ser House, porque allí donde sueño existen las oportunidades y se aprecia la puta subjetividad, y no lo que sabes de la II República o si sabes hacer una integral definida. Este era el golpe que necesitaba para darme cuenta de que mi destino no es estar encerrado en mi casa leyendo revistas médicas hasta que la palme. Yo no soy de esos. Necesito tener mi vida, y las vidas de los demás no me la van a quitar, por mucho que de pequeño soñara con verme en el espejo con una bata y un estetoscopio orgulloso tras hacer un diagnóstico salvador. Si el destino de verdad está escrito, ya ha resuelto el dilema. No tengo que dramatizar. tener ilusiones para que te las quiten. Querría haber nacido piedra y no sentir. Aunque entonces no podría haber visto cómo te dejaba embarazada y te abandonaba el capullo por el que me dejaste. That's called Life, bitch.

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