Y sin quererlo ni beberlo, llegó a ser el rey de todas las cosas. Amparado en sus convicciones y sin el reclamo de un alma que le pidiera clemencia a susurros. Conoció todos los ámbitos de un hogar en el que nunca vivió por miedo a no salir. Pecó de cauto y eso le valió para convertirse en el ser que cualquiera querría matar.
Quisiera volver a necesitar sonreír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
rdtfgyuhj